15 de junio de 2012

De camaradas y compañeros

Asi nos llevábamos. No sé de dónde salió el asunto. Igual lo escuché en mi casa o lo leí en un libro... de mi casa.

Era muy absurdo: ¡Salud camarada!,¡Salud y armas, compañero!"

Hoy en día me encuentro con personas para quienes la palabra "compañero" es cotidiana y da miedo.
El burócrata sindicalizado en el centro de México se habla así. Seguros de que sus escritorios son trincheras.

El pequeño funcionario reaccionario que se marea en un ladrillito de lodo y paja quemado al sol. Endiosados con su poder, borrachos de torta, taco y refresco.
Y esa tropa también tiene generales, algunos de ellos oficiales caballeros y otros que se hicieron a base de apuñalar camaradas.

Dice don Arturo, y tiene razón, que el camarada es el que estuvo ahí contigo compartiendo batallas. Amigo o colega. Da igual. Es el que vivió lo que viviste. A su manera y a la vez igual. Con los camaradas compartes batalla y cuartel.

Por eso, con mi amigo el catalán nacionalista, el decía salud compañero, como el comunista de closet. Yo me inclinaba más por ser pedante haciendo el llamado a las armas y a la camaradería del Anarquista wannabe de aquél momento.

No me lamento que me de grima el "compañero". Disfruto más de ir haciendo camaradas de nuestras particulares batallas.

Defensas bajas y multiplicaciones largas

A un año de pandemia ya, me parece importante escribir que el cansancio es un factor importante en el comportamiento. Cuando menos el propio...