Estoy seguro que, debajo del despertador, está la clave del éxito. La sabiduría de tantos hombres acumulado durante siglos no está equivocada. Hay que empezar el día bien. Hace unos días recuperé la frase que colgaba en la pared de la oficina en la imprenta de mi padre. La única frase que vi en su oficina:
La puntualidad es cortesía de reyes, deber de caballeros, necesidad de hombres ocupados, obligación de bien nacidos... y de todos los que trabajan en esta oficina.
Arde ver cómo culturalmente no hay esfuerzos para vivir el respeto de esta manera. Cala más cuando el trabajador no aprecia lo suficiente su labor como para llegar a tiempo.
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No hacerlo peor, tratando de mejorarlo, es lo más complicado.