25 de marzo de 2025

24 de marzo de 2025

Una queja educada

 Reconoce el esfuerzo del otro, y también el fallo. No humilla, ni ningunea, sino que enaltece la mira del que se equivoca. 


También es técnica y a la vez abierta. Porque es específica y es a la vez receptiva a una realidad a la que admite posibilidad de ser de otra manera.


Es digna. No levanta la voz, ni es vulgar o ácida. Es la observación específica de una inconformidad justificada, ante otro que está capacitado para hacer lo que se quiere y comparte los objetivos.


Engrandece y se agradece.


4 de noviembre de 2024

Aplomo ejemplar





Sé que hay muchas ópticas y que contrastan. Sé que choca que un mexicano hable del Rey de España. Pero, por mis propias experiencias, le tengo un dejo de cariño a la casa real aquella.


El aplomo necesario para acercarse al agresor cuando es agredido. Eso es lo que destaco. El aplomo. El momento mágico en que el reclamo se convierte en cariño compartido. Con los videos de don Felipe y doña Letizia en los lodazales cercanos a Valencia, tomo ejemplo.


Ven. Dímelo. Cuéntame. Te escucho. Aunque estemos de rabietas. Aunque ese día tenga poca paciencia. Déjame comprenderte. Háblame. Vaya ejemplo. Para el trabajo, para la familia, para todo.


Me pregunto si será también fruto de la disciplina militar. Algo que los políticos profesionales tal vez no tienen. O a lo mejor es el peso de la responsabilidad. De los que saben que se juegan todo en cada partida y no tienen más remedio que poner delante la hombría y dan la cara, all in, siempre.

4 de abril de 2021

Defensas bajas y multiplicaciones largas

A un año de pandemia ya, me parece importante escribir que el cansancio es un factor importante en el comportamiento. Cuando menos el propio.

La cantidad de incertidumbre que lo sigue inundando todo, durante tanto tiempo, gasta las defensas con las que podemos sostener la ira, el enojo, el encono, el malestar general, la paranoia y la animadversión decidida, a una prudente distancia.

Cuesta ser optimista. Cuesta más pensar con claridad. Cuesta comunicar asertivamente. Cuesta estar en paz.

Pienso que la solución sigue estando en el orden, en el uso del tiempo, en pasos pequeños y medibles. Al final, muchas de las cosas me las explicó mi papá cuando yo era chico: decía que las multiplicaciones largas (las cosas complicadas), se resuelven un dígito a la vez.

Por ahí.


1 de mayo de 2018

El contrincante no es el enemigo


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El día después del debate, llevando a mis hijas a su clase de dibujo con la abuela, me dijo una de ellas que las amigas de su hermana decían que quien iba a ganando la presidencia (sic) quería hacernos pobres a todos. Les expliqué qué son unas elecciones y que tendrán lugar hasta el 1 de julio, les dije que cada persona mayor de 18 tenía un voto y que con él decidían quién iba a gobernar el país.

No tardó la pregunta: ¿por qué nosotras no votamos? También les expliqué que porque era una responsabilidad muy grande y es necesario tener un carácter adecuado para votar y que es más bien impropio de la infancia. Además, recurrí con algo de vergüenza al argumento de la posible manipulación de los niños por parte de los adultos.

En la conversación salió a la luz el asunto de las encuestas y el debate. Y todo esto les explicaba, intentando pintar el panorama de la democracia como un ideal. Me interrumpieron e insistieron con el candidato que según sus amigas (o los papás de sus amigas, seguro) nos quiere hacer pobres a todos.

Es difícil con niños. Les dije que yo no estaba de acuerdo con sus ideas. Que a mí no me gusta ese candidato y les traté de explicar por qué. Ni tardas ni perezosas se pusieron entonces en modo contrincante. Como si de los Tigres y de los Rayados se tratara. Entonces si él es el malo ¿quién es el bueno papá? Pude vislumbrar el paso siguiente de su argumento: los que votan por el otro son malos.

No lo dejé pasar. Ahí se pinta la raya de la diferencia política. Los que votan por el que no me gusta no son malos. Incluso, les dije, hay miembros de tu familia que están de acuerdo con él. No los hace malos. Ellos piensan que es lo mejor, yo no. A mí no me gusta, pero ante mis hijos, defiendo el derecho a votar por quién sea. Aunque, en la conversación política entre adultos, me exaspere con lo que considero un evidente desenfoque con los derechos del individuo, de la familia y de la propiedad privada, por mencionar sólo algunos.

Con todo el ejercicio educativo del viaje hacia la clase de dibujo me queda claro que este es el punto que espero haberle transmitido a mis hijas: tener diferencias de opinión no convierte al otro en el malo. La historia nos enseña el peligro de la polarización encolerizada cuando llega a tribalismo: muerte, fratricidio y destrucción. El otro no es malo. El contrincante no es el enemigo.

No se le puede dar la mano a nadie con el puño. Tiene que estar abierta para el encuentro. Y en el fondo temo que si el contrincante gana, no piense lo mismo de los que pensamos diferente, y se repita lo que nos ha enseñado la historia. Con nosotros como protagonistas del desastre.

30 de enero de 2018

Sabiduría



Hoy me decía que se ha dejado de medicar. No más paz en pastilla.  Se es como se es y punto. Se le han olvidado un día y se sintió más lúcido, con bríos. Ha hecho resonar el motor del coche y el velocímetro ha respondido. Bien por él, ¿no?

Comparto la necesidad de ser como se es, en ese estado entre natural y salvaje que nos ha puesto donde estamos. Y entiendo la dificultad de ser prudente con la velocidad del coche. La tentación de llevarlo al máximo, vivir a tope.


Sin embargo, pienso que la sabiduría es una cosa complicada que reside en saber manejar a la velocidad adecuada. Frenar cuando es debido, porque conviene. Respetar el flujo. Ser como se es, considerando tu lugar entre los demás.


Me trae a la cabeza el asunto de las manadas de cebras y el león. Leía hace poco que no es al más débil precisamente al que el león come. Se come al que se distingue de los demás (por una característica física concreta),  porque puede enfocarse en él como una cosa distinta a la manada.


Sabiduría es una cosa complicada.




Sin título