5 de junio de 2011

Un montón de amigos

Un montón de amigos

Hace poco me llegó un currículum como un libro. Incluía todos los reconocimientos, cartas con felicitaciones, todos los diplomas de todos los cursos habidos y por haber. Pensé que era demasiado. Desde luego, y con perdón del interesado, no lo leí todo. Me detuve en lo anecdótico después de haber pasado por lo que me interesa.

Estoy de acuerdo en que un profesor que pide trabajo no tiene por qué hacer un resumen ejecutivo de las cosas, los cursos y los logros. Simplemente acumula. Y supone que quien lee recorrerá todo el armatoste que armó para hablar de su vida.

Nada más lejos de la realidad. Quizá estoy en un error pero lo que dice la persona que me entrega el currículum predispone enormemente. En este caso, fue otro profesor (muy de mis confianzas) al que le pidieron transportarlo de la dirección general a mi oficina. Dijo algo del tipo: "ya había trabajado aquí, mira nomás, su currículum es un libro".

Más tarde, alguien entró en la oficina, tomó el CV y dijo: "Ya había trabajado aquí. Es buen profe, pero siempre se estaba quejando de todo". Y pregunto: ¿Por qué se fué? Responde: "porque siempre se estaba quejando de todo". Hmmm...

Yo le he dado muchas vueltas al tema del currículum. Me he leído todo lo que hbr.org y similares tienen que decir sobre currículums y cartas de presentación. Y aún así, nunca he estado del todo satisfecho con un currículum. No he leído el cv perfecto y tampoco lo he podido escribir. Lo intenté inclusive como presentación cool y alguna vez hasta hice un video. Imposible.

No cabe la persona en un papel, en un video, en una presentación. Cabe, un poco en lo que sus amigos piensan de él. En lo que opinan sus compañeros de trabajo. Sus logros caben en la historia de su progreso profesional. Pero su actitud ante los retos ¿cómo se escribe? La lealtad, cómo se pone en papel sin sonar pretensioso o artificial. ¿Cómo se hace el cv donde se explica la realidad, la posibilidad, el futuro prometedor sin escribir una carícatura absurda de un súper héroe profesional? Sin ese tufo a falso que llega a un escritorio, impregnado del ego de su autor.

En mi vida, salvo aquél primer empleo en blockbuster -incluso en aquél un poco también- todos los empleos los he conseguido por la recomendación de un amigo o un conocido. Todos, todos. Alguien que te conoce ve un problema que tu puedes solucionar. Ve algo en lo que puedes aportar y piensa en ti.

Así que, más que diplomas y reconocimientos quizá lo que haga falta es ir acumulando experiencia, trayectoria y un montón de clientes satisfechos, personas contentas y sobre todo: un montón de amigos que avalen tu trabajo y tu persona.

11 de abril de 2011

Mondays

Estoy leyendo Shop Class as Soulcraft de Matthew B. Crawford. Leí un artículo en el NYtimes (seguro que suena arrogante y pretensioso, pero es verdad y me empieza a importar poco), hace un año o dos donde hablaban del libro y del comeback que está haciendo el trabajo manual.

Hace unas semanas paseando con 38 trogloditas adolescentes en San Antonio, entré a una librería y lo vi. Apresuradamente lo tomé y lo coloqué bajo mi brazo con los otros 9 títulos que estaba decidido a llevarme, costara lo que costara. Esos libros son mi botín. Mi recompensa, mi derecho inalienable.

Pues resulta que el libro es mucho más intelectual/oide de lo que parece. El tipo puede citar a Aristóteles y a una serie de economistas que parecen importantes y gente que me suena pero que no termino de ubicar, con soltura y clase.

El tema me recuerda a mi padre. Todo lo que tiene que ver con la satisfacción de hacer cosas con las manos. Cosas tangibles que contribuyen al bienestar de la humanidad. Está hablando de la sensación de satisfacción que da el andar corriendo 9 horas diarias sirviendole comida a la gente a los 20ytantos. De la simpleza de un trabajo bien hecho porque sí. Por lo que habla de la persona que lo hace. La sencillez de, por ejemplo, barrer o limpiar: antes estaba sucio y ahora no. Esa justificación de la existencia que va más allá de la racionalización adolescente del que trabaja con intangibles y quiere darle sentido a su vida.

Me está gustando el libro. Lástima que lo leo justo cuando quiero meterme más en el ámbito de los intangibles. Mondays are like this.

Me voy. Vuelvo en unos días.

8 de abril de 2011

¿Para qué?

Ayer tuve oportunidad de ver un pedazo de la entrevista de Leo Zuckerman (creo que era él) con Roy ¿Campos? de consulta Mitofsky. Resulta que hoy por hoy, los candidatos a la presidencia en el 2012 que encabezan las encuestas por partido son: Creel (PAN), Peña (PRI) y López Obrador (PRD).

En números gordos, si se votara hoy por partido (no necesariamente por estas personas que menciono) sería PAN 20, PRI 40, 20 PRD y 20 indecisos. Entonces: Alianza por la presidencia PAN-PRD es igual a empate con el PRI. Yendo solos y consiguiendo uno de ellos todos los votos indecisos es igual a empate.

No creo que llegue Creel, no creo que llegue López. Después de lo de los casinos uno y la necedad del otro; no me lo creo. Independientemente de eso, la clave de la elección en mi opinión va a ser si seguimos con la guerra contra el narco o "ahí muere". Esa es la pregunta que, para mí, definiría todo el año que viene.

PAN con una Josefina decidida, que quiera dar el salto de esos 7 años que nos avisaban iba a durar esta guerra. PRI con un Peña Nieto que ignora el pasado de su partido y que por más exorcismos que le hagan, para mi significa pactar la paz con el diablo. PRD con algún matiz de populismo latinoamericano o en su defecto izquierdismo trasnochado, sin definirse en el tema central: la violencia.

Pero al final, qué más da. Lo más probable es que la elección sea muy cerrada. Tanto que quizá convenga hacerle caso a Seth Godin y tirar un volado.

7 de abril de 2011

Debajo del despertador

Estoy seguro que, debajo del despertador, está la clave del éxito. La sabiduría de tantos hombres acumulado durante siglos no está equivocada. Hay que empezar el día bien. Hace unos días recuperé la frase que colgaba en la pared de la oficina en la imprenta de mi padre. La única frase que vi en su oficina:

La puntualidad es cortesía de reyes, deber de caballeros, necesidad de hombres ocupados, obligación de bien nacidos... y de todos los que trabajan en esta oficina.

Arde ver cómo culturalmente no hay esfuerzos para vivir el respeto de esta manera. Cala más cuando el trabajador no aprecia lo suficiente su labor como para llegar a tiempo.

5 de abril de 2011

Egomedios

Me voy convenciendo de que los que publican su intimidad en las redes sociales es porque no tienen una persona en concreto con quien compartirla. Y el tema va siendo cada vez más importante. Los medios sociales se convierten paso a paso en egomedios.

Lugares donde se exhibe la vanidad y, erroneamente se quiere construir una imagen engañosa de sí mismo.

Además, desafortunadamente estamos rodeados de personas que piensan que ir a la plaza pública a gritar lo que piensa es una buena idea.

4 de abril de 2011

Vino

Este fin de semana tuvimos gente en la casa. 15 adultos y no sé cuántos infantes. Todos comieron, bebieron y fueron felices. Se viene a mi mente el recuerdo del profesor de Teoría de la Comunicación que explicaba, con su acento Argentino -no bonarense- que la comunicación tiene mucho que ver con la comunión y la comunión con la comida.

La verdad, los saltos mentales para llegar a tales conclusiones fueron siempre un poco arriesgados. Pero en lo más hondo, me parece que si hay algo de verdad. Sentarse a una mesa a convivir, a comer y a beber tiene mucho de comunicación y, supongo, sin querer blasfemar, algo de comunión también.

Corrió vino con soltura. Sin embargo, nadie se emborrachó. Lo que sí fue evidente - y lo comentamos - es que cambia la perspectiva. Lo dice la escritura: el vino alegra los corazones. Y lo hace muy bien.

Había niños, adultos, jóvenes, solteros, casados. Un poco de todo. Creo que nadie quería irse, y yo no quería que se fueran. Lo estaba pasando muy bien. Lo pasé muy bien.

Sin título