Un post que se estuvo en el tintero desde hace mucho tiempo:
_________________________________________________
Es un asunto complicado, si se es honesto. Al final del dia no hay nada nuevo bajo el sol. Todas las palabras están en el diccionario.
Los buenos piden prestado, los mejores: roban.
Estoy a punto de mandar el APP a freír espárragos. Es sólo una molesta interrupción que te pone a tiro de las impertinencias.
Una de las aristas del asunto es la gratuidad. Ya quiero ver la intensidad del bombardeo si hay que pagar por cada bomba. Lo gratis nunca se valora.
Hoy por hoy llega a ser insufrible. En el ánimo de dar un buen servicio he puesto mi número ahí fuera. Me parece que me he equivocado.
La ubiquidad a través del smartphone es un castigo, me cae. La gente que quiere una respuesta a loquesea a la hora de mandar un Whatsapazo, asume que puede ser contestada inmediatamente. Y se ofende si no lo haces.
Yuhu?
Estas?
Seguramente el problema es sólo mío (y de mi paranoia). No fui educado para dejar un teléfono sonando. Por consecuencia me estresa y me distrae sobremanera el ruidito de que alguien quiere algo de ti que considera es más importante que lo que sea que estes haciendo.
La barbarie. El desorden. El exceso.
Tengo que estar permanentemente disponible para un número muy limitado de personas. Las que me suelen contactar por whatsaap no son parte.
Pasa un poco lo mismo con el correo electrónico ya sea en el teléfono o en la misma computadora. Lo urgente y lo importante -que decía Covey- pierde el sentido con el desfigurado don de la ubiquidad cibernética. Me niego.
Me niego.
No puedo dejar de ver una cobertura informativa con ojos de periodista. Es sumamente interesante. Estos últimos días de cónclave consumí con entusiasmo cuanto encontré.
Sigo opinando que somos las más bajas personas (los periodistas). Me llevé muchas profundas decepciones. Nick Kristof, por ejemplo, me pareció insufrible estos días. Los mexicanos pésimos, salvo la encantadora Valentina Alazraki. Lo poco que vi a López Doriga bien y a Pablo Hiriart me parece que le faltó producción. Hubo un directo de una reportera (bonita, joven y española) que dio pena ajena. No pudo recordar el apellido del cardenal Scherer y básicamente dejó caer la emisión. Me recordó aquél artículo que atribuía la equívocada portada del El País a el despido de experimentados periodistas y la dependencia de jóvenes inexpertos.
Me gustó, por ahí en Internet anda, el video del Catalán -creo- de la agencia 101 contando la campaña de News.va y @pontifex. En cuanto a Internet destaco que el anuncio del nuevo Papa lo seguí live streaming en youtube/vatican y que el primer sitio donde leí la biografía del Papa fue en .va dirigido de News.va, creo recordar. También vale la pena mencionar que el primer Papa Boy en anunciarme "Fumata Blanca", lo hizo por Whatsaap. La fuente de mis fuentes:Twitter.
Luego más.